Las piedras y madera de colores térreos generan la sensación de calidez y al contacto con la luz acrecientan su efecto candente.
Una fachada equilibrada irradia una belleza sublime.
Para crear un balance hay que considerar la forma, dimensión y color de los volúmenes y las tonalidades del paisaje circundante. Por ejemplo la calidez de la piedra utilizada en amplias extensiones, se nivela al pintar de blanco algún volumen y al contrastarla con el verde y el azul de la naturaleza
Recuerda:
Aplicar un color cálido y potente en un exterior es riesgoso, pero una técnica que nunca falla es hacerlo únicamente sobre alguno de los muros de fondo, dejando el resto en color blanco. Esta solución sirve también para acentuar la longitud y la altura de los volúmenes
Fuente:
Libro ideas, +Color, Fernando Haro & Omar Fuentes.
AM Editores
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